Fin de las restricciones- Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago

martes 14 de abril de 2009
Fin de las restricciones

Fin de las restricciones*

Por L. Santiago Méndez Alpízar / Chago


Sea razonable que el sector más recalcitrante del exilio se esté tirando de los pocos pelos que le queda, luego de ver como la mano firme del señor Barak Hussein Obama daba orden de suspender parte del relajito. Sí, ya sé que también se le ha llamado de otros modos. Ya sé que se pronuncian palabras grandilocuentes que supuran dolor, y dólares.



Cumple promesa electoral que le honra el presidente. Ya lo había dicho en el discurso pronunciado en Miami, cuando era senador. No escucha a los encantadores de serpientes, a consejeros y gurús del trapiche cubano. Tiene claro que lo mejor para su país es no seguir dándole cobijo al montón de ratas que sangrean el dinero del pueblo norteamericano. Se dice y se hace; se viene abajo el chiringuito.



Una posible normalización de las relaciones entre EE.UU y Cuba, no traería solamente la justa armonía entre familias; también lograría que fluyera la experiencia mutua. Aquí está la clave, el triunfo de todos. En recuperar la capacidad para compartir y de, por qué no, contaminar. Contaminarnos. Insistir en la diferencia o exigir una justicia que no incluya la clemencia, por suerte, queda cada día más obsoleto. Aún cuando se empecinen algunos lúcidos en rescatar esbirros, tirar de la otrora crueldad.


El pueblo de Cuba, mi pueblo, merece comer, vestir, calzarse. Si por incompetencias del régimen, o por destino divino, me da lo mismo, tengo que seguir enviando lo que pueda, cuando pueda, para que se logre, pues con mucho gusto lo seguiré haciendo. Y no estaré con rollitos de ética y de moral consumidos en bares de Europa, o, NY.

El pueblo de Cuba, el nuestro; que parece que no, pero sí, por supuesto que lo es. Tiene una oposición pacifica, digna de tener en cuenta. Posiblemente el sector más sufrido de la historia revolucionaria. Sus más altos líderes han estado solicitando estas medidas. Han estado de acuerdo con ellas.


La comodidad de una casa en París, Barcelona, (una en Madrid, otra en Key Biscayne) siempre agrega un grado más a la valentía.


Lo conveniente para el vecino del norte es normalizar relaciones con Cuba. El problema de los cubanos siempre ha sido de los cubanos. La posibilidad de llegar a casa está abierta. Lo próximo en caer será el embargo.

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